Hace años que en la UAP venimos estudiando cuáles son los motivos que explican por qué una pareja entra en crisis o se separa. Hemos asistido a congresos, seminarios, debates, tertulias sobre estos temas a la vez que hemos leído una serie de libros de psicólogos, filósofos, médicos y economistas que mencionan algunos factores. En este artículo, nos centramos en los factores sociales (externos) y no en los propios (internos) de una dinámica de pareja. A continuación os mostramos una serie de factores que afectan a las parejas actuales y que pueden explicar el gran porcentaje de rupturas o conflictos

-Satisfacción inmediata de deseos y expectativas de nuestra sociedad actual.
-Mucha necesidad de autorrealización en diversas áreas de la vida.
-Intolerancia al sufrimiento o malestar vital.
-Intolerancia al sufrimiento propio de una crisis o mal momento en la pareja (menos paciencia).
-Aumento del egoísmo e individualismo.
-Cambio de valores sociales y culturales.
-Expectativas muy elevadas respecto a la pareja y la relación (exigencia).
-Independencia económica y cultural de la mujer: adiós a la sumisión y represión.
-Menos represión sexual (sobre todo femenina) debido a la pérdida de peso de la religión y los valores morales. Aceptación del instinto sexual humano. Deseo de experimentación de ambos sexos.
-Más oportunidades de conocimiento de otras personas a través de nuevas tecnologías y de más movilidad e interacción de las personas: aumentan los enamoramientos alternativos y las infidelidades (sobre todo femeninas).
-La sociedad proporciona otras opciones para ser felices: gran repertorio de actividades lúdicas y estilos de vida como los “singles” o grupos de amigos.
-No tanta idealización en las relaciones de pareja.
-Progresiva aceptación social de las separaciones como “algo natural”.
-Ventajas y facilidades legales y económicas cada vez más amplias para separarse.
-La pareja ya no es una seguridad económica y emocional imprescindible.
-El cambio en el modelo de familias y la entrada de la familia monoparental.

Sin embargo, hay parejas que se deberían separar por el grado de sufrimiento y malestar que tienen y no lo hacen. Estas son algunas de las causas:

-Miedo a la soledad.
-Miedo a la vejez, enfermedades.
-No aceptar el fracaso.
-Amarse todavía. O uno de los dos ama al otro.
-Pérdida de estatus económico o social.
– “El qué dirán” los demás.
-Problema económico de supervivencia de uno de los dos o los dos.
-Problema de vivienda.
-Ser compañeros de trabajo y que uno de los dos tenga que dejarlo.
-Uno depende económicamente del otro.
-Pérdida entorno: familiares, amigos.
-Repercusiones a terceros: especialmente los hijos.
-No disponer de proyecto vital.
-No tener estrategias de autonomía.
-La gran inversión que se ha hecho en la relación: emocional, económica, proyecto de futuro.
-La historia común.
-No tener una tercera persona “a punto” para sustituir la pareja y evitar el sufrimiento.
-No tener oportunidades de conocimiento de otras personas.
-No poder contrastar la relación con otras tenidas.
-Pensar que con otra persona, pasará lo mismo.
-Pensar que pareja = felicidad y que no se puede ser feliz sin pareja.
-Renuncia a ser feliz.
-Una baja autoestima.