Mucha gente piensa  que las personas no cambiamos a pesar de tener aspectos que no nos gustan de nosotros mismos. El motivo que se da es “yo soy así” y que son aspectos innatos o genéticos, o bien que ya hace muchos años que los tenemos. En la mayoría de ocasiones cuando afirmamos esto nos equivocamos. La mayoría de rasgos de personalidad o carácter son adquiridos, y en consecuencia se pueden cambiar si se quiere hacer el esfuerzo. La pregunta que más se nos plantea en la UAP es: “¿cómo se puede cambiar?” o “¿qué puedo hacer para cambiar?”.

A continuación intentaremos dar unas pautas mínimas que son necesarias para que se produzca el cambio, y que hemos podido comprobar que son muy eficaces.

Pasos a seguir para conseguir cambiar:

1- Necesidad de tener que cambiar por el sufrimiento o las consecuencias que provocan en nosotros y en los otros.
2-Conciencia de las equivocaciones o de las actitudes que provocan el sufrimiento.
3-Voluntad de cambio y motivación: implicación y esfuerzo.
4-Respetar el tiempo necesario para el cambio:  a veces es un proceso lento.
5-Poner en duda creencias y conductas propias.
6-Crear, investigar y reflexionar creencias alternativas.
7-Adoptar nuevas creencias y conductas que provoquen menos sufrimiento.

Si seguim aquests passos, amb l’ajuda de la psicologia, molts trastorns i moltes dificultats es poden millorar o eliminar definitivament. Hem de pensar que la principal virtut és pensar en que hem de canviar el pensament o la conducta que no ens funciona per tal de reduir el patiment i millorar la qualitat de vida. El principal punt és el 5, el de posar en dubte les nostres creences per a reflexionar-les i valorar si ens generen unes bones conseqüències.

La principal y más importante creencia es la de cuestionar la de “yo no puedo cambiar”. Si no consigues ponerla en duda y creer que realmente puedes cambiar, la terapia no funcionará y cronificarás los aspectos negativos.

Ejemplos de aspectos que se pueden cambiar:

La timidez, la agresividad, las preocupaciones, las obsesiones, la autoestima o autoconcepto, la desconfianza, la susceptibilidad, las habilidades sociales, la fuerza de voluntad, el estado de ánimo, la ansiedad, los miedos, la sexualidad,… en definitiva, los conceptos o creencias.