Existen distintos motivos por los cuales una terapia puede fracasar o ser contraproducente (agravar el/los problema/s que presenta la persona). A continuación citamos algunos de los más frecuentes ya que explican los abandonamientos y fracasos terapéuticos que tenemos en la UAP (un 18,23% de los casos):

1- El/la paciente no respeta el tiempo de tratamiento. Quiere mejorar en un tiempo que su problema no permite.

2- El/la paciente busca “curarse” o mejorar sin esfuerzo ni implicación. Por ejemplo, no realiza las tareas ni aplica las estrategias que proponemos entre sesiones. Busca la varita mágica.

3- El/la paciente es muy rígido/a en sus pensamientos o creencias provocando una gran resistencia al cambio. No hace caso de los consejos y opciones del psicólogo o no pone en duda los propios pensamientos.

4- El/la paciente no tiene confianza en el cambio y piensa que “yo soy así” o que las personas no cambiamos. Piensa que lo que tiene es genético o innato.

5- El/la paciente puede ser autodestructivo/a.: puede tener mucha tendencia a la negatividad y a la pasividad.

6- El/la paciente no confía en la psicología.

7- El/la paciente no quiere mejorar porqué encuentra ventajas en su manera de ser. Puede ser victimista.

8- El/la paciente no acepta que el psicólogo le diga ciertas cosas. No acepta poner en duda ciertas creencias o principios con el objetivo de mejorar su estado.

9- El/la paciente no sabe cómo funciona una terapia y quiere hacer un tratamiento a su medida.

10- El/la paciente se muestra muy exigente en la terapia. Cuestiona las técnicas y el tiempo creando un clima de tensión que provoca un mal trabajo y una mala relación terapéutica, dinamitando el tratamiento.

11- El/la paciente presenta una baja capacidad intelectual o cultural.

12- El/la paciente presenta una baja capacidad de introspección o de análisis: no sabe ver de dónde provienen las emociones que siente y no sabe analizarse a si mismo/a. Podéis ver en el apartado de Como cambiar.

13- La limitación de la psicología en la mejoría o curación de determinados trastornos.

14- La cronicidad del problema y las recaídas habidas.

15- Determinados trastornos y dificultades que por su tipología presentan algunos de los factores anteriormente mencionados.

16- Algunos trastornos que presentan un mal pronóstico por si solos.

17- Algunos rasgos de personalidad o de carácter del /la paciente que dificultan la terapia: dependencia, falta de fuerza de voluntad, impaciencia, rigidez, exigencia, impulsividad, susceptibilidad, suspicacia,…

18- No se establece una buena relación terapéutica psicólogo-paciente.

En la UAP aconsejamos que una persona que quiere iniciar una terapia, tiene que tener en cuenta estos puntos con el objetivo de favorecer un tratamiento eficaz así como saber “qué es una terapia” y “qué es la psicología”. Información que damos en nuestra web.

Ejemplos de fracasos i abandonamientos de la uap:

Pedro, 37 años. Insomnio grave.

El paciente abandona la terapia y acude a otra psicóloga después de 26 sesiones en la UAP habiendo empeorado mucho su estado de ansiedad, depresión e insomnio. No funcionan las estrategias para el insomnio. Él siempre nos pide nuevas estrategias.

Su extrema rigidez mental le hace obsesionarse en estar bien de inmediato y esto le provoca un deterioramiento severo. No tiene capacidad de introspección diciendo: “los pensamientos están ahí”. Además presenta problemáticas de fondo importantes que niega i no deja trabajar en la terapia. El insomnio es un síntoma de su estado interior.

María, 31 anos. Depresión. 

La paciente abandona la terapia después de 16 sesiones porqué no respeta el tiempo de terapia. Serían necesarias más de 40 sesiones para tratar eficazmente su problemática. Además, la paciente no confiaba en el cambio ni en la psicología y venía a la UAP a conformar que era “un caso perdido”. En este caso, ella misma destruye su vida e impide la posibilidad de mejorar.

La causa de la depresión era debida a un trastorno paranoide con pronóstico grave.

Silvia, 41 años. Impulsividad.

Paciente que presenta una gran impulsividad que le hace abandonar la terapia al cabo de 17 sesiones. La propia impulsividad impide trabajar los problemas y tener éxito. Presenta un estado de ansiedad y de depresión como consecuencia de la impulsividad.

Nuria, 36 años. Immadurez.

Paciente que continúa buscando su “príncipe azul” después de 3 relaciones largas llenas de sufrimiento y malostratos. Se niega a renunciar el concepto waltdisneyano y abandona la terapia al cabo de 12 sesiones enfadada y con mucha irascibilidad contra el psicólogo (el cual representa el mundo real). Su proceso depresivo continúa porqué vive de espaldas a la realidad.

Jordi, 43 años. Depresión e irascibilidad (megalomanía)

Paciente que piensa que “el mundo es una mierda” y que no puede ser feliz de ninguna manera. Después de 45 sesiones, se convence que ni la psicología le puede ayudar y esto le hace convencerse de que es un “caso perdido”. En el fondo, él nunca ha hecho el esfuerzo para variar su vida ni sus creencias buscando continuar  el proceso autodestructivo.

Anna, 35 años. Vaginismo

Podríamos decir que la terapia fue exitosa por su problema de vaginismo pero no se concluyó. Se realizaron 47 sesiones y la paciente, que al principio había probado en 2 otros centros, mejora progresivamente su disfunción hasta el punto de haber eliminado el vaginismo. Pero el problema está en cuando tiene de mantener una relación con penetración con su marido. Aquí es dónde observamos una gran resistencia de la paciente que habiendo superado el vaginismo no le queda ninguna otra razón que aceptar los argumentos de la UAP de que existe una problemática de pareja encubierta o de que no quiere a su marido. Ella deja de acudir a la UAP después de este comentario.

Creemos que la paciente no quiso aceptar la dura realidad ya que ella en la última sesión, nos dijo que no podía ser tan valiente como para volver a empezar su vida. El vaginismo era, en este caso, un síntoma de una pareja muerta.

Marc y Elba. 40 y 37 años. Problemas de pareja.

Acuden 17 sesiones en la UAP, sólo 4 sesiones conjuntas y el resto individuales. Hace 6 meses que se conocieron y se fueron a vivir juntos. Presentan una incompatibilidad casi total en muchos aspectos pero ellos quieren continuar juntos a pesar del daño que se están provocando. Elba boicotea constantemente la terapia y a la 17 sesión les comentamos que no vemos ninguna posibilidad que puedan vivir tranquilos, aconsejando la separación. No la aceptan.

(Este caso no lo podríamos considerar como  un fracaso terapéutico porqué pudimos aconsejar la separación después de un proceso objetivo, pero lo comentamos para ver que no logramos lo que nos pedía la pareja: continuar  juntos. La psicología persigue el objetivo de ayudar a ser felices a las personas. En este caso, lo mejor para la felicidad de cada uno era la separación).