Una de las preguntas más frecuentes que nos formulamos es si el problema o la manera de ser lo hemos aprendido de pequeños o hemos nacido así.
Se debe responder con precaución, teniendo en cuenta que la ciencia avanza y que cada día se puede explicar con más certeza; pero todavía estamos lejos de tener una información fidedigna. Desde hace algunos años se habla de la influencia de un gen llamado “gen de la ansiedad” que predispone a muchas personas a padecer trastornos de ansiedad de cualquier tipo si se producen las circunstancias favorables para desencadenarlos. También es cierto que hay personas con un Sistema Nervioso Autónomo más reactivo. Raramente los cambios bioquímicos producidos por los neurotransmisores provocan trastornos por sí solos. Normalmente es al revés: los cambios bioquímicos en nuestro cerebro son el resultado de cambios cognitivos o de pensamiento que hemos hecho nosotros mismos, muchas veces como resultado de cambios que se han producido en nuestra vida.
Para tener riesgo a sufrir ciertos trastornos se habla de la vulnerabilidad psicológica y la vulnerabilidad biológica. La primera sería nuestra manera de pensar (estilo cognitivo) y nuestra manera de actuar o resolver problemas (estilo de vida). Suele ser una vulnerabilidad aprendida o educativa, según indican la mayor parte de estudios. La segunda variable ya la hemos comentado, se trata de reactividades y alteración de genes.
Volviendo a la pregunta de cómo se forma nuestra personalidad o de si somos de una manera concreta desde que nacemos o vamos aprendiendo maneras de ser durante la infancia, cabe diferenciar 3 componentes de la personalidad:
1- La constitución: es la base genética que determina el perfil psicológico
2- El temperamento: es la manera como se expresa neurológicamente la constitución.
3- El carácter: es el comportamiento consciente autorregulado.
Por tanto, parece claro que todos tenemos una base genética que explica en menor o mayor medida, nuestra personalidad. Todo y eso, la mayoría de estudios indican que los factores más importantes son los adquiridos o educativos por encima de los innatos.
De todo lo que hemos mencionado, cabe decir que la psicología ayuda a reducir o eliminar trastornos o dificultades (interviniendo en el carácter a través de la modificación de pensamientos, emociones y conductas) tanto si son genéticos como aprendidos siempre y cuando no se cumplan variables mencionadas en el apartado: “cuando una terapia no funciona?” de nuestra web. Es aquí donde tenemos que destacar que hay ciertos trastornos que tienen un mal pronóstico por si solos como pueden ser algunos trastornos obsesivos, algunos trastornos depresivos y algunos trastornos de personalidad.